Sentimientos de impotencia, rabia, tristeza y
desanimo, embargan mis pensamientos desde el pasado “viernes negro” 11 de abril
de 2014, día en el cual con la parafernalia típica de los ineptos y acompañado
de su aquelarre presidencial, se anunciaron ante los medios de comunicación las
“medidas” de choque que el gobierno nacional presentaba para la ciudad.
Limosna sin planificación que en nada coadyuva la
salida a una profunda y estructurada crisis socioeconómica, que al pasar de los
días no solo se consolidada, sino que también carcome los bolsillos de los
ciudadanos, y sin compasión alguna corroe los principios estructurales de toda
la sociedad, no en vano hacemos parte del vergonzoso ranking de las 50 ciudades
más violentas del mundo. Todo esto ante las miradas inactivas, complacientes y
cómplices de nuestros “dirigentes” políticos y gremiales, asistentes al sainete
convocado por el desprestigiado y reeleccionista Palacio de Nariño y en el cual
su visión servil, limitada por el individualismo, solo les permitía aprobar el
monologo perfectamente redactado por el telepronter estatal.
Medidas impactantes que afronten en debida forma la
crisis, verdaderos incentivos que motiven la constitución de paliativos estructurales,
brillaron por su ausencia; no se escuchó debatir por ejemplo sobre la exención
del impuesto de renta y complementarios por un periodo a las empresas o personas
jurídicas (nuevas y existentes) que se constituyan y localicen físicamente en
la jurisdicción del municipio, exención que podría extenderse a los socios, accionistas, afiliados,
partícipes y similares por los ingresos que a título de dividendo,
participaciones, excedentes, utilidades, reciban de las mismas; ni por equivocación
se habló de la devolución o compensación del impuesto a las ventas pagado en importaciones
o adquisiciones que realicen las personas jurídicas nuevas de bienes de
capital, para ser instalados o utilizados como activos fijos de una actividad
productora; ni mucho menos apareció en escena un posible cambio en la utilización
del impuesto a las operaciones financieras (4x1.000) para la zona de frontera con
la intención de financiar los gastos ocasionados por las medidas que se adopten
para la rehabilitación y desarrollo de la misma. No, simplemente nos limitamos
a recibir la limosna gubernamental, sin ruborizarnos en lo más mínimo.
De ser la cuna de la vida Republicana de la nación
(constitución de 1821) y la tan clamada frontera terrestre más activa del continente,
pasamos a convertirnos en la concubina enamorada cuyas muestras de afecto de su
amante rayan permanentemente en limosna sentimental, reflejo del miserable lugarque
ocupa en su corazón y que no es percibido por aquella debido a que las vendas
del amor que le profesa cubren por completo sus ojos. En qué momento la esencia
del “dirigente” coterráneo –empresarial y político- se convirtió en un ave
rapaz, capaz de recibir y soportar toda clase humillaciones con tal de poder
robustecer y fortalecer ostensiblemente su peculio, a costa de la decadencia de
su terruño y el de sus paisanos.
En qué momento nos convirtieron en la amante no
amada.
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