Risible, indignante y avergonzaste resulta en mi condición
de abogado la majestuosa actuación jurídica de nuestro ególatra y depilado
presidente, a propósito del anuncio de la impugnación del fallo de tutela que le
ordeno dejar sin efectos el decreto de destitución del Hugo Chávez criollo, el “demócrata”
Gustavo Petro.
En primer lugar, quisiera iniciar por releer y restudiar
la definición de impugnación, y recuerdo que en los helados recintos del Externado,
enquistado en las montañas capitalinas, nos enseñaban que la misma hace
referencia a la intención de combatir, contradecir o refutar una decisión judicial que el impugnante
no comparte, con la intención de que la misma sea revisada por el superior jerárquico
del que la emite y de esta forma pretender que se modifique, confirme o revoque,
¡¡¡antes de cumplirla¡¡¡.
Así las cosas, no le veo
el menor asomo de coherencia jurídica al anuncio del gobierno de impugnar lo
que dócilmente ya cumplió. Por el contrario, el desbarajuste que se avecina por
esta irresponsabilidad es de protuberantes dimensiones, pues fácilmente en un
par de días, y como es costumbre, veremos a nuestro narciso presidente con el
rabo entre las piernas reculando, bajo el argumento de ser un estadista arraigado
a las disposiciones legales y judiciales, y nuevamente Petro, su sequito
socialista y su mascota Bacata a la plaza de central de la cada vez más caótica
capital colombiana.
Por otro lado, no quisiera
dejar de lado la inconsistencia que tampoco percataron los eruditos juristas de
palacio, consistente en que los fallos de tutela NO pueden dejar sin efectos
actos administrativos, competencia que descansa exclusivamente en la máxima corte
de lo contencioso administrativo (Consejo de Estado); lo que sí puede un juez
de tutela es ordenar la inaplicación de las ordenes contenidas en el mismo, orden
que si está dentro de su resorte competencial, pero que para este caso brillo
por su ausencia.
Los abogados de palacio deberían despreocuparse por el descenso
vertiginoso de su jefe en las encuestas o por permear aún más con mermelada la
sucia política nacional, y dedicarse a estudiar antes de autorizar las nefastas
intervenciones Juanma y no ridiculizar más nuestra ya desprestigiada profesión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario